Historia del club
CLUB TENNIS LLAFRANC
El Club Tennis Llafranc nació con el empuje de un grupo de amigos de Llafranc y Palafrugell. Quien hubiera dicho que aquel sueño –quizá incluso una broma– inicial se convertiría en un club con casi 50 años en la espalda y un puñado de historias meras para explicar.
Ferran Adrià siempre ha dicho que para imaginar el futuro hay que empezar por entender el pasado, las raíces, la historia. Adrià reimaginó la gastronomía y, a pesar de sus creaciones rompedoras que le dieron fama mundial, siempre fue fiel a las raíces y la historia donde, de hecho, encontró inspiración para innovar. Por eso, en un momento en el que el Club quiere repensarse como quiere ser en el futuro, queremos llevar a estas páginas un pequeño reportaje, también, de cuál ha sido su pasado.
Como conclusión: el Club ha vivido, año tras año, gracias al empuje de socios comprometidos –empezando por los fundadores–, amantes del deporte, los amigos y el Empordà. Fiel a este mismo espíritu de los fundadores, el Club Tennis Llafranc tendrá que hacer frente a la tarea de repensar su futuro.
1974 – 2000
LOS ORÍGENES, LOS PRIMEROS 25 AÑOS
El mismo grupo de amigos, liderado por Jesús Serra Santamans, también impulsó el puerto deportivo, para poder guardar las barcas y dejar libre la playa para visitantes y bañistas; su visión era que estas iniciativas «mejorarían la categoría turística de Llafranc, como efectivamente se ha confirmado» nos explica el propio Santiago Martí.
En aquel grupo de amigos, Jordi Marsal llevó el peso para conseguir la compra de los terrenos, y Jesús Serra se encargó de los aspectos deportivos –construcción de las pistas y redacción de las normas deportivas– con el asesoramiento del Real Club de Tenis de Barcelona. El propio Jesús Serra se convertiría en el primer presidente del CTLL, con Santiago Martí de vicepresidente y Eduardo Garrido de secretario.
El 23 de julio de 1974 el Ayuntamiento de Palafrugell emitió el permiso a TEDESA (la empresa que habían creado para comprar los terrenos) para comenzar las obras: la idea de un grupo de amigos se empezaba a hacer realidad.
El CTLL se pone en marcha el 27 de septiembre de 1975 con siete pistas de tierra batida y cuatro duras. El local social y el resto de instalaciones ya estaban revistas, pero llegarían después.
En 1976 ya llegó la sede social que conocemos ahora, obra del arquitecto Joan Pericot. En julio de ese año puso en marcha la primera Escuela de Tenis bajo la dirección de Antonio Martínez López. Los primeros años del Club fueron de gran actividad y efervescencia deportiva y social: visita del Rey de España en 1978, construcción de la pista polideportiva, actuación de Joan Capri, numerosos torneos, cenas y actividades sociales y culturales. El CTLL ya se estaba convirtiendo en un referente en el Empordà. En 1983, bajo la presidencia de German Loewe, Jesús Serra i Santamans se convirtió en Presidente Honorario del Club, en reconocimiento a la tarea fundacional. El propio Jesús Serra recibiría la insignia de oro y diamantes catorce años más tarde, en 1997.
En 1986, Sixte Cambra se convertía en el nuevo presidente del Club y en el año 1988 se concedía una nueva licencia para la ampliación de las instalaciones: el CTLL continuaba creciendo en todos los aspectos. El mismo año, Gabriela Sabatini visitó el Club en medio de una frenética actividad deportiva. Entre otros, organizaba cada año el Campeonato de España de Veteranos y ese mismo año Ferran Porta se convertía en presidente. Como él mismo nos ha dicho «Al iniciar mi etapa como presidente, el objetivo era gestionar desde la responsabilidad tratando de ir mejorando la oferta por los socios, hacer crecer el número de asociados y acercar el Club a Palafrugell».
En el año 2000, se celebraba su 25º aniversario: como si nada, la idea de unos cuantos amigos de Llafranc se había convertido en el club deportivo referente de la Costa Brava. El Ferran Porta recuerda así el aniversario: «Recuerdo que vamos a preparar el evento con especial dedicación. Era una manera de reconocer lo que habían hecho a quienes crearon el Club y quienes lo habían gestionado hasta entonces. Un objetivo era que asistieran al acto la mayor parte posible de fundadores, presidentes y alguna persona vinculada a la comunicación. El elegido era Carlos Sentís que se estimaba y conocía su proceso histórico. Hicimos un libro, el recordado Ernesto Setién dedicó muchas horas, y tuvimos interés en difundir el acto a través de los diferentes medios de comunicación de la villa».
2000 – 2022
LA HISTORIA RECIENTE
El año 2007 el CTLL organizó una eliminatoria clave de la FedCup: “la buena relación que manteníamos con las federaciones Catalana y Española nos permitió organizar una eliminatoria de la FedCup en qué España se jugaba bajar o mantener la categoría. El reto organizativo fue muy grande porque por primera vez tuvimos que poner gradas supletorias a la pista central, facilitar la presencia de cámaras de televisión y tener, durante una semana el club abierto a muchísima gente, con los problemas de seguridad que representa. También fue un éxito”, explica Ferran.
Los últimos años, el Club ha mantenido su actividad y esencia, pero ha sufrido un goteo lento, pero sostenido en número de socios. Son muchos los factores que han influido: la crisis financiera y económica de los años 2008-2012 –también, de turismo–, la ampliación de la oferta otros clubes de la zona, el crecimiento exponencial del pádel y otros deportes respecto al tenis –la oferta del Club sigue siendo muy sesgada hacia el tenis–, la adopción de modelos de “pago por utilización” por parte de las generaciones más jóvenes, normalmente, a través de una aplicación al móvil… Además, durante el último mandato, presidido por Jordi Cumellas, se tuvo que hacer frente a la crisis sanitaria de la Covid-19 en 2020 y 2021. Con cintura y muchos esfuerzos se pudo capear una situación complicada para todo el mundo, y se consiguió evitar una fuga de socios masiva, a pesar de que el goteo seguía. A pesar de todas las medidas tomadas, las finanzas del CTLL se han resentido y también, el estado de mantenimiento y la oferta de servicios.
Desde entonces, la junta ha empujado algunas reformas inmediatas al CTLL. Algunas de ellas muy visibles, como la redecoración del espacio social, la reubicación de la recepción y control de pistas, la mejora del restaurante, la actualización de las equipaciones del gimnasio o la construcción del nuevo chillout de La Pineda; otros, más de gestión interna, como la contratación de un nuevo Gerente.
El número de socios ha empezado a repuntar, pero todavía está lejos de los máximos históricos.